Traigo en mi mochila
sueños de cien hojas
cuadro chico.
Traigo un lápiz
gastado de cansancio
y una pluma muerta de frío.
Con la pluma
me aferro a una novela
que se teje entre letras
de esperanza.
Con el lápiz
trazo poemas de grafito
que el tiempo
va borrando.
Traigo en mi mochila
este corazón viejo,
callejero,
desarrapado.
Lo traigo junto al papel
y la tinta
donde pienso dejarlo
entre letras
para siempre estampado.
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